martes, 21 de febrero de 2017

DELEITANDOME






Primero me gusta pasar mi mano por su piel, siempre húmeda y a veces viscosa, como si hubiera salivado por todo su cuerpo.

Mirándo sus ojos ya vidriosos que todavía guardan el miedo al final, su último aliento, introduzco una hoja bien afilada en sus entrañas y voy marcando una línea recta hacia su garganta.

Despacio, con suavidad, sintiéndo como voy cortando la carne.

Es entonces cuando mi mano penetra en su interior y arranco con fuerza sus tripas, los entresijos que un día le hicieron vivir.

Lavo con rapidez mi cuchillo y remojo mis manos para borrar cualquier resquicio de matanza en mi.

Y vuelvo a mi tarea, despacio moviendo con sumo cuidado la cuchilla para liberar su piel de la carne por todo el cuerpo..., así de un lado a otro rasgando su identidad.

Es acabando cuando lo lavo con minuciosidad, que no vea ninguna hebra de líquido sanguilonento, que esté tan puro que cuando mastique un trozo de su carne sienta el placer de comerme la vida.

Algunas veces extraigo sus ojos. Mis dedos juegan en su boca mientras agarro el blobo ocular y lo arranco con fuerza y con un machete parto su cabeza en dos.

Es cuando acabo mi trabajo...

....

La Señora Pepa ha tenido suerte, le he limpiado la mejor pieza del mercado.
Tendrá un buen salmón para su cena de Nochebuena.

P

3 comentarios:

  1. si es que el pescao..... no me gusta..... un beso.

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  2. De pronto sentí una especie de vacío en mi panza, ya luego fui leyendo es una de tus lecturas seguro u obra de tu imaginación que la tienes de un superior que uffffffffffff, pero me encantaaaaaaaaaa jajajaja besos preciosaa :*

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